martes, 22 de diciembre de 2009

Felicidad interrumpida

Odio el azar, a pesar de ser el modo más justo de ver la vida.

Sir Skynigth.

Mirella Pérez desapareció con sus escasos 45 años en una cita que sería la más larga de todas… la última. Aquella, que la restringiría de la luz, el calor de su familia, el sonido de la ciudad y la libertad de desplazarse hacia donde quisiera, aquella que postergaría sus sueños y la volvería un ente desesperante en el nicho de la oscuridad, desempeñando un papel que no le correspondía y terminando por zanjar todas sus esperanzas.
En las oficinas del Centro de Desarrollo Socia, Mirella tenía concertada una cita como voluntaria con alguno de los asistentes sociales, sería auxiliar en el proceso de devolver una niña de nuevo a su hogar. Y así fue como estaba dispuesta a encaminar a los señores con los que entregaría a la creatura. Vuelta a la derecha y desvío por la carretera 58. El trayecto fue más largo de lo normal, la vegetación se extendía, los espectaculares de la ciudad escaseaban, el viento arreciaba y ellas de la civilización se alejaban. Conforme avanzaban, Mirella comenzó a dejarse seducir por la somnolencia, y cayó en un sueño que no le permitiría distinguir los alrededores en que horas más tarde se encontraría. Ya no había vuelta atrás, la dama de ojos verdes y cabellos castaños y teñidos fue encerrada y esposada a uno de los pies de la cama en su habitación doblemente ausente, que entre sueños y realidades repararon en subir las escaleras para comenzar el dulce tormento con la señora Mirella.
Despertó, reparó en su estado y comenzó a sollozar, gemir, llorar y gritar con una fuerza que le arrancaba los ojos en plena oscuridad que le impedía siquiera saber dónde se encontraba y la dejaba sin garganta. Parecía un bebé buscando la atención de sus padres.
— ¡Auxilio! ¡Libérenme!
Las horas pasaron y su voz renunció a seguir gritando. Lloraba a secas y el único remedio fue el silencio mezclado con sueños. En ese lapso, Ella aprovechó para bajar al calabozo anacrónico y dejarle algo de cenar a su nueva madre que consentía durante su inconciencia, acariciándole las mejillas que después desquitó con una pequeña contracción de labios. Se sentía y feliz pues había encontrado el elixir que tanto había extrañado con el resonar del nocturno número nueve de Chopin que armonizaba e hipnotizaba el momento, su momento.
Mirella despertó y alcanzó a observar la habitación detenidamente: una cama tendida por una colcha blanca y lisa, sostenida por unos pies dorados, mezclada con cortinas floreadas en los bordes superiores sin dejar pista en la tonalidad acromática de las paredes del sitio sagrado. Las texturas no podían faltar en su retención, Mireya se vio rodeada de seda y algodón entre sus manos que constantemente acariciaba porque la remontaban a la presencia de su hija y su esposo, mas seguía atada a un pie. Las fotografías de su doble ausente la miraban estrechar esos trozos de tela al ritmo del nostálgico e intenso del nocturno musical.
10 de Septiembre.
Un día más de trabajo. Un día más lleno de teléfonos, quejas, quejas, teléfonos y sonrisas fingidas. La verdadera pregunta de todos los días se hacía presente al atravesar la puerta de mi oficina ¿cuánto más…?
— Tenemos un caso. Te estamos esperando en la oficina de Paola.
Por si no fuera suficiente, esa es mi tortura particular. Eso pasa cuando eres un detective a punto de retirarte… debes convertir de novatos a hombres. Pero alguien se tendrá que quejar cuando me retire.
— ¡Qué esperas!, prefiero llegar antes de que se transforme en Hulk, que yo la veo por mas tiempo…
— Te escuche a la primera.
Blablhavlabla. Más me vale hacerme de un desconocido en el trayecto. Parece que su pasatiempo favorito es hacerme molestar. Sin embargo, muy en el fondo es buena persona, y todos pasamos por esa etapa. Me reiré en mi tumba como mi antiguo mentor…
—Ricardo, Detective Loret, tememos que sea asesinato en serie. Por eso se lo pediré a ustedes.
— ¡Wow!, ¿puedo hacer las entrevistas? Siempre he querido ver a los ojos la maldad pura de un corazón que…—“novatos”
— Ya aprenderás a odiarlo. Por otra parte, ¿qué tienes en del caso?, ¿y los cuerpos, o ya se hicieron reportes?, ¿qué los relaciona?
— ¡Qué están muertas!— “…a veces me arrepiento de haberle elegido así tan...”
—Mirella al igual que otras cuatro fueron encontradas muertas por asfixia. Aquí están los informes forenses. En cuanto a la información socioeconómica, más detallada, están en estos archivos.
— Gracias Paola, pero cómo consiguieron esa información.
— La información de las víctimas cuando estaban vivas me la permitió el dueño mismo de la compañía Centro de Desarrollo Social, de hecho tenemos acceso a su sistema.
— Nuestro primer sospechoso.
— ¿El dueño de ocho empresas trasnacionales?, Necesito que te vallas a investigar cuales miembros específicamente entrevistaron a estas personas y consigas sus expedientes. Yo me encargo de los archivos forenses. Y perdona que no te lo agradezca, Paola.
— Nos vemos luego Pao. Oye pareja, ¿para qué me debo infiltrar?
26 de septiembre.

Hoy, en la oficina se hablaba de todo y nada a la vez. Era difícil atender nuevos casos cuando el secuestro de la señora Pérez era el tema de conversación impuesto. Al parecer estamos implicados.
El ambiente en los pasillos, se respiraba muy extraño, todos desconfiaban de todos. Se observaban de reojo y comentaban a su respectivo grupo sus sospechas: Uno de los coordinadores de asistencia social, acusaba en secreto a López, quien se encargaba de la entrega de niños perdidos. La encomendada de atender a las familias miraba con extrañeza al coordinador, pues él fue quien abrió la institución, pero también hubo un ingreso anterior, una joven que recibe una pensión mensual por parte de Desarrollo y se dedica a las labores de limpieza en sus ratos libres, aunque ella aseguró que vio a una de las coordinadoras entrar a su oficina con una sonrisa muy extraña, pero contagiante.
— ¡Ya lo tengo!—“ya era hora”— La lista se reduce a tres constantes.
— Buen trabajo. Primero te explico como funciona la victimología de nuestro sujeto. — me armé con los expedientes más que revisados en los últimos días, y me dispuse como cuando un maestro para su cátedra— Elena Hernández, 48 años al 8 de mayo. Asfixia. Fractura craneal post-mórtem. SHD (Sin heridas defensivas). Gabriela Gonzales, 45 años al 8 de junio. Asfixia. Herida cervical con cable del numero 12. Muñecas dislocadas y varios moretes en los brazos. Ana Isabel Rodríguez, 45 años al 8 de agosto. Asfixia y se repite la herida cervical. Marcas defensivas y heridas con punzocortantes a lo largo del torso. Post-mórtem, mordidas en glándulas mamarias.
— Aquí ya va siendo mas regular. Y pobre Ana, se saco la “lotería”— Esos ratitos de lucidez me hacen seguir entrenándolo. Si nada mas tiene la cara…
— Mirella Pérez, Asfixia. 3%de alcohol en la sangre. Ahora dime que deduces de todo esto, pertiendo de que solo las tiene 3 o 4 dias y que a todas las mata.
— Podría asegurar de que es mujer, pues no hay componente sexual aparente, sin embargo, esa herida en las glándulas mamarias, por qué a unas las mata de un modo brutal y a otras simplemente las asfixia. Déjame voy por un café, ¿gustas?
Nada peor que un café de comisaria, excepto las donas de comisaría. Niego con la cabeza y le pido que se apure para comenzar con los interrogatorios de sus sospechosos.
Confrontación de interrogantes y sospechosos.
Los interrogantes citaron a los sospechosos a las 19 horas para ir en busca de confrontar la verdad y encontrarla a la par, como cualquier caso lo exigiría. Roberto, Paola y el detective veían detrás de la pared con espejo. El primero en arribar fue el coordinador de asistencia social, quien halándose el cuello de la camisa y quitándose el sudor de la frente saludó al interrogante. La sesión de preguntas comienza como un vago interés por conocer que tanto saben de las muertas investigadas, el coordinador solo parafraseó lo que los medios han dicho, y declaró, entre tantas otras, las primeras personas a las que vio ingresar al Desarrollo: López, entró a buscar a algo y no volvió a salir de su oficina. Suficiente, el siguiente sospechoso llegaba a la sala, era López comenzando a balbucear tonterías hasta que el interrogador lo interrumpió y fue directo al grano con la información, López buscaba las llaves de un cajón confidencial y esperaba una visita en su oficina para confirmar el fallo de un caso. Balbucea algunos nombres, los nervios lo vencen y llora declarando haberse robado desde hace dos meses el café de su oficina... Después la encomendada de atender familias llegó y empezó a hacer uso de indiscreciones e intrigas en contra del coordinador, al afirmar que fue él quien abrió la puerta y lo vio muy determinante en sus acciones, sobre todo a la hora de ingresar a la oficina y estar dando vueltas en sus alrededores, una actitud muy anormal en él. Siguiente testigo sospechoso, la chica de la limpieza, quien sin establecer contacto visual y cerrar continuamente sus ojos declaró que vio ingresar su coordinadora la rubia, esa que a veces la ayuda y que tiene una sonrisa muy extraña y contagiosa, mezclado con un caminado que la hacía ver muy segura de lo que iba a hacer, pero sacó un folder y unas llaves y se dirigió a su oficina… Ninguno de estos servía ni para culparlos de algo.
7 de octubre
— Detective, correspondencia interna. Paola lo espera para que no de un perfil pues asegura que esta relacionado con su caso.
— Perdona que no te lo agradezca, pero si tienen razón ahora juego contra reloj sin sospechosos y con una vida en la apuesta.
— Ya veo, si no llega…
Cuando me retire me llevo esa puerta. Cristal Vásquez, 49 años. Madre soltera de un universitario que no vive aquí. 1.65, ojos verdes, cabello castaño ¿teñido de rubio!, por que… ¡Por qué no lo vi antes!
— Maestro, Hulk lo busca…
— Su hijo, de esta señora, donde está…
— ¡Em!… ¿en el pasillo…?
— Piensa, y si quisiera buscar hacerles un favor, haciéndose un favor a sí mismo… y les pediría que se tiñeran el cabello… o ¿para qué se tiñe una persona mayor el cabello de rubio hoy en día, si no es su color natural? A ver todos, quién es el Hijo de la señora Vázquez. — un joven se levanta firmemente al fondo— desde hace cuanto se tiñe tu madre el cabello.
— Hace dos semanas y medio.
— Coincide… Gracias. ¡Roberto! Busca en la base de datos la dirección de la coordinadora que está a cargo de la información, esa que a veces hacia la limpieza. Y pídele a Paola que nos lleve ahí una orden de arresto.
La música continuó sonando por varios días, Crystal seguía esposada, endeble, con unas ojeras que resaltaban su cansancio y reflejaban esperanzas remotas de ser rescatada. Las telas quedaron maltratadas, de tanto aferrarse a los recuerdos, ni siquiera se podían distinguir como retazos.
Ella no podía soportarlo más, su distanciamiento y rechazo le agitaban las entrañas. Ella quería sentir a su madre muy cerca, seguirla y adorarla como el último día que suspiró: “Adiós hija, mi querida bebé”.
Se acercó a Crystal, le acarició el rostro con la parte frontal de sus dedos y siguió el recorrido hasta la apertura de sus senos, Ella temblaba y “la madre” lloraba deseando escapar de esa realidad. Nada podía hacer, la tenía a su merced, tanto que la obligó, provocada por la excitación, a decir que es su madre que la quiere y que jamás la abandonaría. La víctima no cedió, Ella le lanzó un fuerte golpe en la cara y la forzó a decir lo mismo, hasta escuchar pronunciarlo de sus labios varias veces y ceder ante los roces de su supuesta hija. Crystal fue madre de una joven a quien prácticamente desconocía y odiaba con todas sus fuerzas. Ella ya no se dejaba, le escupía y expresaba su furia que después se vio compensada con caricias, patadas y besos salvajemente dados por Ella, quien tomó los retazos adorados y se los situó apretadamente en el cuello hasta ya no dejarla respirar, hasta arrebatarle su último suspiro… Fue en ese instante cumbre donde los oficiales llegaron, al momento en el que las frustraciones comenzarían a desatar parte de sus fortalezas, y al ver el cadáver descubrirían que la verdadera raptora es Ella, la de la extraña sonrisa contagiante, quien buscaba refugio en esa mujer…

Feliz navidad!


A todos, felices fiestas!!!