lunes, 12 de marzo de 2012

Tarea: Análisis comparativo de las diversas teorías educativas.


El paradigma de la educación es lo que ha logrado la “supremacía” de los seres humanos. Por ello la carrera por mejorar la educación nunca se detiene. No obstante, en la actualidad ya es vista como una herramienta de control e incluso como política.  
Pero ese es tema de otro ensayo (y hasta de documentales). Por lo pronto, y para fines prácticos, solo me concentraré en las fortalezas y debilidades de cómo se venia “educando” y cómo se pretende hacerlo ahora.Antes de continuar, y como el lenguaje es muy dado a interpretaciones diferentes, el método ortodoxo me refiero al conductismo, y los planes que se tienen en cuanto al constructivismo en sus varias modalidades[2]. Las ventajas y desventajas en ambos. No me voy a poner a profundizar mucho en cómo llevar a la práctica los modelos, ni cuales son los resultados presentados en los deferentes países que han probado suerte con ambas maneras. Solo me centrare en un análisis de las teorías para una directa comparación.Como estudio preliminar, todo parece apuntar a que el propósito del constructivismo no es otro sino el de integrar los aciertos de sus antecesoras, como resultado directo de la evolución teórica. No obstante, la resistencia al cambio hace que salgan a luz los defectos de la teoría, que se revisarán más adelante.
Entrando en materia, es importante mencionar cómo se concibe la educación de las diversas teorías, fundamental para partir y comprender las aspiraciones de cada cual. Y en la esquina de lo “tradicional” encontramos que el conocimiento una mera transmisión de información, un “copy-paste” de la memoria del maestro a la del alumno. Y frente a ello, la propuesta constructivista es descentralizar del maestro el conocimiento y se enuncia: el aprendizaje va de acuerdo a la etapa y el entorno del estudiante, interactuando con su contexto, comprendiéndolo y modificándolo según necesite. Y como los colados nunca faltan, el conductismo aporta que educar consiste en modificar la conducta de los educandos a una más deseada mediante el estímulo respuesta.
En la primera definición, sin duda incompleta al igual que la tercera, no admite al ser humano con tal sino que lo hace un objeto al que hay que moldear y llenar. Por otro lado, y para cubrir ese “problemita”, nos volteamos a ver el contexto del educando, el cómo interactúa con los elementos de su entorno, tanto otros individuos como con herramientas y los diversos problemas que se le presentan. Sin duda un cambio radical, ya que, la contrapropuesta constructivista centraliza la educación en el estudio del ser humano, volviéndolo el principal actor de su conocimiento. Esto implica que:
! El maestro debe crear el ambiente adecuado para que el alumno se interese por el aprendizaje.
! El alumno estudia porque le interesa.
! La relación de maestro alumno cambia de ser unilateral a un diálogo de conocimientos.
Sin duda deseable, ya que en teoría, si el alumno se interesa por algo se especializa en ello, se actualiza, etc. Pero la visión constructivista no llega a tal punto sino hasta la idea de la educación por competencias[3].
Para no quedarnos con mal sabor de boca, ahora de las desventajas de cada uno. No es que no haya comenzado ya, pero se siente bonito leer que te avisan. Hace sentir al lector que el “autor” pensaba en él mientras escribía[4].
En cuanto al conductismo, el que aprende podría encontrarse en una situación en la que el estímulo no ocurre, por lo tanto el alumno no aprende. En una educación tradicional, el alumno se vuelve una persona poco preocupada por su mejoramiento personal, es decir, esta acostumbrado a que todo le den, no se preocupa por investigar o buscar otras maneras de solucionar sus problemas; hereda los vicios y costumbres de su maestro y regularmente se cierra a nuevas ideas. En cuanto al constructivismo, su principal falla radica en el desconocimiento del cómo aplicar las teorías, o en ocasiones, dado al modo divergente que genera este método, los individuos de clase media baja tienen problemas de adaptación al medio laboral.
Es por esto mismo a que me refiero que la educación puede ser vista como una herramienta de control a la sociedad (no dudo que ocurra). Pero dejando de lado la política, los fallos que tienen las diferentes maneras de enseñar marcan a una persona. Es fácil notar quien aprende con tal o cual método cuando llegan a la universidad, notando solamente en lo que se le dificulta su inserción.
Pero pasando a un panorama menos desesperanzador, puedo afirmar que una persona educada con el conductismo solo se enfoca en metas claras y las logra, pues esta “programado” para ello. Los educados en el método ortodoxo serán tan buenos en lo que el maestro es bueno, o incluso mejores que éste. Por último, el hijo menor de las teorías que abordo, una persona constructivista es alguien capacitado para resolver muchos problemas de diferentes maneras.
Mientras escribía todas las cosas relevantes e irrelevantes en el ensayo que le presento, y a manera de conclusión, no dejaba de darme vueltas en la cabeza una frase de Fernando Savater en su libro El arte de educar: “Sin duda, el esfuerzo por educar a nuestros hijos mejor de lo que nosotros fuimos educados encierra un punto paradójico, pues da por sentado que nosotros -los deficientemente educados- seremos capaces de educar bien”. Sin duda, porque el primer motivo que encontraba para los estudios acerca de la educación era el mejoramiento de proceso, no obstante, los tiempos cambian y por tanto, en la educación, se deben actualizar los programas y los métodos para una óptima recepción del alumno.

[2] Abordando únicamente a Vigotsky, Ausubel y Piaget. No lo hago por separado, ya los integro para llamarlo constructivismo. Aunque sé que faltan diversas aportaciones, como las de Montessori, éstos tres son los máximos exponentes.
[3]De la que no hablo aún, ni voy a abordar más allá de este punto. A mi parecer es el resultado de las cenizas del constructivismo, en la que es imperativo darle las herramientas al estudiante para que “desmenuce” su entorno, se interese en algo y lo estudie a fondo.
[4] Y el segundo motivo tiene que ver con la idea de los teóricos de la educación, en que solo prestamos atención a determinada tarea un número definido de minutos. Luego comenzamos a divagar.

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