El paradigma de la educación es lo que ha logrado la “supremacía” de los
seres humanos. Por ello la carrera por mejorar la educación nunca se detiene.
No obstante, en la actualidad ya es vista como una herramienta de control e
incluso como política.
Pero ese es tema
de otro ensayo (y hasta de documentales). Por lo pronto, y para fines
prácticos, solo me concentraré en las fortalezas y debilidades de cómo se venia
“educando” y cómo se pretende hacerlo ahora.Antes de
continuar, y como el lenguaje es muy dado a interpretaciones diferentes, el
método ortodoxo me refiero al conductismo, y los planes que se tienen en cuanto
al constructivismo en sus varias modalidades[2].
Las ventajas y desventajas en ambos. No me voy a poner a profundizar mucho en
cómo llevar a la práctica los modelos, ni cuales son los resultados presentados
en los deferentes países que han probado suerte con ambas maneras. Solo me
centrare en un análisis de las teorías para una directa comparación.Como
estudio preliminar, todo parece apuntar a que el propósito del constructivismo
no es otro sino el de integrar los aciertos de sus antecesoras, como resultado
directo de la evolución teórica. No obstante, la resistencia al cambio hace que
salgan a luz los defectos de la teoría, que se revisarán más adelante.
Entrando en
materia, es importante mencionar cómo se concibe la educación de las diversas
teorías, fundamental para partir y comprender las aspiraciones de cada cual. Y
en la esquina de lo “tradicional”
encontramos que el conocimiento una mera transmisión de información, un
“copy-paste” de la memoria del maestro a la del alumno. Y frente a ello, la
propuesta constructivista es descentralizar
del maestro el conocimiento y se enuncia: el aprendizaje va de acuerdo a la
etapa y el entorno del estudiante, interactuando con su contexto,
comprendiéndolo y modificándolo según necesite. Y como los colados nunca
faltan, el conductismo aporta que
educar consiste en modificar la conducta de los educandos a una más deseada
mediante el estímulo respuesta.
En la
primera definición, sin duda incompleta al igual que la tercera, no admite al
ser humano con tal sino que lo hace un objeto al que hay que moldear y llenar.
Por otro lado, y para cubrir ese “problemita”, nos volteamos a ver el contexto
del educando, el cómo interactúa con los elementos de su entorno, tanto otros
individuos como con herramientas y los diversos problemas que se le presentan.
Sin duda un cambio radical, ya que, la contrapropuesta constructivista
centraliza la educación en el estudio del ser humano, volviéndolo el principal
actor de su conocimiento. Esto implica que:
! El maestro
debe crear el ambiente adecuado para que el alumno se interese por el
aprendizaje.
! El alumno
estudia porque le interesa.
! La relación
de maestro alumno cambia de ser unilateral a un diálogo de conocimientos.
Sin duda deseable, ya que en
teoría, si el alumno se interesa por algo se especializa en ello, se actualiza,
etc. Pero la visión constructivista no llega a tal punto sino hasta la idea de
la educación por competencias[3].
Para no
quedarnos con mal sabor de boca, ahora de las desventajas de cada uno. No es
que no haya comenzado ya, pero se siente bonito leer que te avisan. Hace sentir
al lector que el “autor” pensaba en él mientras escribía[4].
En cuanto
al conductismo, el que aprende podría encontrarse en una situación en la que el
estímulo no ocurre, por lo tanto el alumno no aprende. En una educación
tradicional, el alumno se vuelve una persona poco preocupada por su
mejoramiento personal, es decir, esta acostumbrado a que todo le den, no se
preocupa por investigar o buscar otras maneras de solucionar sus problemas;
hereda los vicios y costumbres de su maestro y regularmente se cierra a nuevas
ideas. En cuanto al constructivismo, su principal falla radica en el
desconocimiento del cómo aplicar las teorías, o en ocasiones, dado al modo
divergente que genera este método, los individuos de clase media baja tienen
problemas de adaptación al medio laboral.
Es por esto
mismo a que me refiero que la educación puede ser vista como una herramienta de
control a la sociedad (no dudo que ocurra). Pero dejando de lado la política,
los fallos que tienen las diferentes maneras de enseñar marcan a una persona.
Es fácil notar quien aprende con tal o cual método cuando llegan a la
universidad, notando solamente en lo que se le dificulta su inserción.
Pero
pasando a un panorama menos desesperanzador, puedo afirmar que una persona
educada con el conductismo solo se enfoca en metas claras y las logra, pues
esta “programado” para ello. Los educados en el método ortodoxo serán tan
buenos en lo que el maestro es bueno, o incluso mejores que éste. Por último,
el hijo menor de las teorías que abordo, una persona constructivista es alguien
capacitado para resolver muchos problemas de diferentes maneras.
Mientras escribía
todas las cosas relevantes e irrelevantes en el ensayo que le presento, y a
manera de conclusión, no dejaba de darme vueltas en la cabeza una frase de Fernando
Savater en su libro El arte de educar: “Sin
duda, el esfuerzo por educar a nuestros hijos mejor de lo que nosotros fuimos
educados encierra un punto paradójico, pues da por sentado que nosotros -los
deficientemente educados- seremos capaces de educar bien”. Sin duda, porque el
primer motivo que encontraba para los estudios acerca de la educación era el
mejoramiento de proceso, no obstante, los tiempos cambian y por tanto, en la
educación, se deben actualizar los programas y los métodos para una óptima
recepción del alumno.
[2] Abordando únicamente a Vigotsky,
Ausubel y Piaget. No lo hago por separado, ya los integro para llamarlo
constructivismo. Aunque sé que faltan diversas aportaciones, como las de
Montessori, éstos tres son los máximos exponentes.
[3]De
la que no hablo aún, ni voy a abordar más allá de este punto. A mi parecer es
el resultado de las cenizas del constructivismo, en la que es imperativo darle
las herramientas al estudiante para que “desmenuce” su entorno, se interese en
algo y lo estudie a fondo.
[4] Y el segundo motivo tiene
que ver con la idea de los teóricos de la educación, en que solo prestamos
atención a determinada tarea un número definido de minutos. Luego comenzamos a
divagar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar, por ello sigo escribiendo.
¡Ah! y si puedes dar click en la publicidad escribiré más seguido ^n^, o si te inscribes en sumaclicks desde el enlace de hasta arriba en el blog.